Alumni (Villa María) 5 – Sp. Rivadavia (V.Tuerto) 2

Alumni puso quinta y aceleró hacia la zona de clasificación

Alumni - Ricadavia

Escribe Juan Manuel Gorno

En su primera victoria del campeonato, el “Fortinero” goleó 5 a 2 a Rivadavia de Venado Tuerto, en Plaza Ocampo, mantuvo el invicto y alcanzó el segundo puesto. Todo luego de comenzar perdiendo

Carácter para salir de la adversidad. Eficacia para escapar de las presiones. Cerebro para asegurar la victoria. Y toques de genialidad para redondear un buen espectáculo. Todo esto metió Alumni en Plaza Ocampo, con tanta intensidad que logró con una goleada la primera victoria en el Torneo Federal B. Una victoria crucial, 5 a 2 ante Rivadavia de Venado Tuerto, a quien desplazó de la zona de clasificación para mantenerse invicto y cargarse de esperanza.

Fue la primera victoria de Jorge Peñaloza desde que retomó al primer equipo del club, pero más allá del dato, significó la ganancia de tres puntos que devolvieron el alma al cuerpo a toda la institución en el plano deportivo, después de tanto tiempo.

El arranque del partido hizo presagiar lo peor, ya que Rivadavia le armó al “Fortinero” un laberinto difícil de salir, cerrando los caminos con marcación pegajosa de los defensores para recuperar la pelota lejos del arquero Esteban Salvatore, y velocidad de los volantes ofensivos para desnivelar en ataque.

Entre Ezequiel Reyna y Leandro Fernández había química para preocupar por la derecha, a punto tal que el delantero estuvo a punto de marcar rápidamente, con un remate que salió desviado. Mientras, por la otra franja, una sola vez apareció por sorpresa José Canelo y fue gol, cuando enfrentó a Carlos Ronco y definió por abajo, a sólo seis minutos del inicio del partido.

El escenario de un equipo que todavía no había ganado y que dejaba escapar otra oportunidad como local, esta vez ante un rival directo en la lucha por la clasificación, era terrorífico para Alumni. Pero la historia recién comenzaba. Y si bien pasaron 15 minutos y el arco de enfrente parecía quedar cada vez más lejos, el equipo dirigido por Jorge Peñaloza logró enfocarse como nunca.

Por primera vez con camiseta camuflada y, la verdad, estaba para la “guerra”. Sin embargo, no abrió trincheras, se puso el cuchillo entre los dientes para recuperar la pelota y, cuando la tuvo, se encargó de darle un buen destino, buscando los espacios que antes no habían aparecido.

La búsqueda de Santiago Aloi, a pesar de las intermitencias en cuanto a la finalización de las jugadas, fue tan incesante como la movilidad de Juan Aimar, el despliegue de los delanteros y las apariciones sorpresivas por derecha de Hugo Yocca, quien acompañó a Juan Valle y se incorporó en forma repetida para generar algo.

Ese aporte del santiagueño fue fundamental. A los 20 minutos, merodeó el área y dejó solo a Leandro Martínez, que marcó el 1 a 1, con un toque al primer palo. Y de ahí en adelante, el partido cambió de rumbo: Alumni tomó el envión esperado y Rivadavia, que hizo el gasto en los primeros 15’, careció de reacción.

En ese contexto se registró “el colmo” de un equipo del “Colorado” Lussenhoff: que tuviera problemas en la zaga central, ya que minutos más tarde Ezequiel Enriquez despejó mal un centro de Yocca y, en el rebote, Aloi se escapó para enviar el centro que provocó el segundo grito de Martínez (2-0).

Tras la salida del lesionado Enriquez, su remplazante, Pablo Giménez, también tuvo inconvenientes para despejar una pelota y Ortiz, en velocidad, entró al área para eludir al arquero y puso el 3 a 1 que significó un alivio decisivo para Alumni, antes del cierre de la primera etapa.

No era para menos. Después de un mal comienzo, el equipo del “Chacho” se puso en órbita como nunca antes y marcó las diferencias que le permitieron pensar el segundo tiempo sin la soga al cuello.

Esto se notó en el complemento, cuando no jugó con la claridad en el toque de esos instantes brillantes que le permitieron sacar distancia en el tanteador, pero tuvo el carácter y la madurez que tanto pregonó Peñaloza en la previa. Esto se evidenció cuando encontró el lugar para recuperar la pelota (con la línea de volantes cortando en el medio) y manejó los tiempos del partido, enfriando los momentos calientes.

Rivadavia no pudo penetrar ni tener demasiado la pelota, encima ya no tenía en cancha a Leandro Fernández (no se explicó por qué lo sacó Lussenhoff), quien gestaba situaciones por habilidad en pelota dominada.

Quien la “pegó” con la modificación fue el “Chacho”, ya que hizo entrar a Juan Cruz Fonseca y éste no defraudó a la hora de contagiarse de la gran noche de los delanteros locales.

Tras una nueva incursión de Yocca, a los 31 minutos, el exgoleador de Almafuerte de Las Varillas decretó el 4 a 1 y todo fue una fiesta.

Es que a pesar de que Rivadavia descontó por intermedio de Pierani y le dio trabajo a Ronco en algunos avances desorganizados, el equipo villamariense tuvo la suficiencia para liquidar el partido y el broche de oro, cargado del mejor fútbol estuvo en uno de sus mejores jugadores: Aimar, quien comandó el ataque, abrió para Urquiza, recibió el centro, tiró la pared con Fonseca, adentro del área, y resolvió con un tiro de zurda, formidable.

En el festejo, Aimar se sacó la camiseta. En la tribuna, la gente se sacó el sombrero.

El árbitro

Maximiliano López

El sanfrancisqueño no tuvo problemas en llevar adelante un partido sin muchas polémicas. Queda la duda por el golpe que aplicó Fonseca, en el segundo tiempo, y que fue penado por amarilla cuando muchos pedían la roja.

La figura

Leandro Martínez

El delantero marcó los dos primeros goles, que fueron fundamentales. Y también se lució Hugo Yocca, quien colaboró en tres goles y fue importante en cada avance generando situaciones. Otro que se destacó fue Aimar, autor de una conquista de lujo.

Fuente: http://www.eldiariocba.com.ar

Ascenso del Interior

Publicado por:

Fútbol de Santa Fe 

Comentar