Nicolás Domenella – Descolgando una de las tantas frases futboleras, dicen que cada partido debe tomarse como una final. Este sábado literalmente los jugadores tanto de Mandiyú de Corrientes como de Ben Hur salieron a vivir una final. Y digo vivir asimilando esta palabra con lo que se aparenta al vocablo disfrutar, incluso por encima del resultado deportivo que decoró la jornada y que es, en definitiva, lo que perseverará en el recuerdo indeleble de los hinchas, en este caso, correntinos más que nada.
El estadio de Huracán volvió a lucir como en sus mejores épocas. Como aquellas tardes de la década del ochenta asomándose a los principios del 90 cuando el fútbol correntino se codeaba con los grandes. Una multitud colmó el “José Antonio Romero Feris” que cerró sus puertas media hora antes del inicio como se había anunciado, por lo que el gentío que desbordó las tribunas no se perdió un segundo de lo que estuvo a punto de ser una hazaña de Ben Hur
Por tan sólo dos minutos. Sólo porque a Ariel Reinero se le ocurrió pararse en el momento justo en el lugar menos indicado decretando el único gol que terminó con las ilusiones de la BH. Resulta muy difícil hablar del partido en sí, o de la serie toda; o del campeonato ya que los correntinos también encontrarán sus argumentos para sostener el ascenso conseguido, pero no por ello queda un sabor de injusticia en el paladar rafaelino, más aún luego de tremenda campaña de la mano de Gustavo Barraza.

El partido

El juego arrancó con todo. Pero con todo en serio. Ben Hur sacó del medio y rápidamente la perdió en la medialuna del área propia; Monzón se filtró por derecha y remató contra el palo de Cordero que no llegaba pero la fortuna se vistió de Ben Hur esta vez ya que el balón recorrió toda la línea y no se quiso meter cuando se jugaban apenas 30 segundos.
Antes delos 5 minutos Cordero ya se había tenido que revolcar dos veces. Y en ambas por culpa de Monzón otra vez. El extremo se juntó con Kuchak tras escaparse de Besaccia y puso la pelota de cabeza entre líneas a la espalda de Kummer para que el 7 conectara exigiendo una estupenda tapada del portero rafaelino.
La más clara de Ben Hur, en respuesta, llegó sobre los 10´. Pautasso cruzó rápido un tiro libre para González que descargó para que Monje remate con cierto peligro pero sin mucha dirección hacia el arco de Jara. Un minuto más tarde González, esta vez de perfil zurdo, sacó su tiro con más peligro sobre el 1 correntino pero no acompañó nadie ese trayecto como para empujar.
La polémica de la tarde esta vez lo perjudicó a Mandiyú cuando el segundo asistente de Rivero anuló un bonito gol de Martín Kuchak por una supuesta posición adelantaba que dejó más dudas que certezas. En la réplica, la BH encontró otra vez descompensada la última línea del Verde y cuando Mathier tiró un centro paralelo a la raya del fondo Autino no llegó por poco nomás a empujarla.
En medio de los últimos minutos calientes, no sólo por el clima sino por algunas piernas fuertes, Reinero probó de afuera al seguro Cordero que la tiró al corner con mucho esfuerzo. Finalmente, entre Palma de pelota parada en la barrera, y Monzón con el suyo propio, terminaron de sellar un primer tiempo que al igual que en Barrio Parque 6 días antes también había finalizado con el dueño de casa siendo superior sin poder cristalizarlo en la red.

Segundo tiempo

El complemento no mostró variantes de parte de los técnicos de entrada en cuanto a nombres. A diferencia de la primera etapa, en esta ocasión tardó un poco más en armarse la cosa. A los 5´ Kuchak dispuso de la más clara hasta ahí tras tomar un pelotazo en mitad cancha de Facu Rodríguez que se quedó pensando en el achique. El delantero se demoró un poco y pateó muy mal ante Cordero. Inmediatamente Suárez mandó a Molina por Kuchack y en la primera que tocó el ingresado casi factura luego de ensayar una pirueta en el área cuando lo tomaban de la camiseta.
El juego era realmente atrapante. El Algodonero iba e iba pero fallando siempre en la estocada final. Encima Palma le mojada la oreja con una remate de lejos que Jara sacó con mucha fortuna luego de que se viera encandilado por el sol.
Los cambios se sucedieron pero dieron mejor rédito en el local. Molina fue complicando cada vez más a la defensa rafaelina y Reinero crecía en confianza. Fue tal la confianza que ganó el delantero que a tres del final, apareciendo por izquierda, metió el freno de mano a tiempo dentro del área chica para que Mathier pasara de largo, su remate dio en Cordero y el rebote lo favoreció el mismo delantero que esta puso el empeine para el otro lado mandado la pelota al techo de piolas decretando el gol, y el ascenso del correntino.
Con esa acción de murió el partido para los de Barraza y con él las ilusiones. El pitazo de Rivero sentenció la historia y la triste realidad envolvió a los jugadores del Lobo y al puñado de hinchas que desafió la prohibición porque a Ben Hur se le escurrió de los dedos en una serie pareja que, da la sensación, se resolvió en Rafaela. Sin embargo y a pesar del lógico dolor, los protagonistas deben saber que hicieron las cosas en el año, no sólo en el semestre, muy bien poniendo luego de casi una década a Ben Hur otra vez en una final. Luego de los balances, ya vendrán las revanchas.

Diario Castellanos.