Di vueltas durante todo el día, buscando las palabras justas u oportunas, para comunicar a los lectores de Fútbol De Santa Fe, la noticia que ya todo el mundo sabía. Falleció Diego Armando Maradona. Buscar las palabras y no encontrarlas. Es más, sigo sin poder precisar si lo que escribo a continuación, será lo acertado. No se si interesa que ya es la 1 de la mañana del día después.
¿Informar el parte clínico que causó la muerte? Recién acaba de llegar la noticia de la autopsia, que finalmente confirmó el motivo de su muerte.
El diario “El Día” de La Plata, ciudad donde se encontraba dirigiendo a Gimnasia, informó que “Diego Armando Maradona, murió hoy como consecuencia de un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada”, según lo determinó la autopsia, informaron fuentes judiciales”
Su casa natal de Villa Fiorito, la puerta de los estadios de Argentinos Juniors, Boca Juniors, Newell´s Old Boys o Nápoles, fueron escenarios de manifestaciones populares, que no supieron de aislamiento por la pandemia del Covid 19.
Podría contar experiencias vividas, en torno a su vida. Que también tuvieron que ver con la mía. Recuerdo que cuando era chico, mi sueño era jugar al fútbol en algún club. Recibí la negativa familiar – mejor no entrar en detalles – pero el argumento contundente fue “Maradona hay 1 solo”. ¿Acaso alguien pudo imaginarse, que yo iba a ser tan irreverente de compararme con él?. Además de tener en cuenta un dato fundamental. Mi puesto, era otro. No me podían sacar de las bandas, porque a la pelota me la sacaba hasta un bebé de 2 años, si jugaba por el centro del campo. Bielsa años más tarde, los bautizó “como extremos”.
O que de chiquito, cuando me preguntaban ¿De quién sos hincha? Respondía de Argentinos Juniors, porque había visto nacer a la leyenda
O la siesta, que junto a mi viejo, gritamos hasta quedarnos roncos, el gol a los “Tanos” en Méjico 86.
Siguiendo con datos familiares y con el mismo mundial, tengo que decir que mi vieja – mandada a hacer para romper la paciencia – me hizo perder en mi viejo tv blanco y negro, el mejor gol en la historia de los mundiales. Sí, así fue, el gol a los ingleses, lo tuve que ver en repetición, porque en directo me interrumpieron.
El que sí no me perdí, fue el pase gol a “Cani” para ganarles a “los brasucas”, en el 90.
Como tampoco olvidar la montonera en la quinta de no me acuerdo quien. Compañero de la secundaria, que nos juntamos con la excusa de ver a la selección y festejar los lujos de “Diegote”., en el mundial del 94.
Hoy recién vi la anécdota, que Diego, gracias al fútbol, supo ¿Cuánto pesa la Copa del Mundo? porque le tocó levantarla.
Polémico en aquel duelo con Toresani, pintoresco con su cabellera teñida azul y oro.
O tal vez aquella cábala que empleó cuando le tocó ser el técnico de la selección. Cuando previo a cada partido, se acercaba a saludar siempre el mismo periodista.
Muchas cosas se podrían decir de Diego, artistas de todo el mundo que le rindieron tributo. Un país entero que festejó sus logros.
Seguramente quien le esto, capaz puede pensar ¿Y este es periodista y no sabe qué escribir? Es que sigo sin saber si lo que escribo es lo correcto. Si es lo periodísticamente acertado. Pero las efemérides deportivas, a partir de hoy dirán, que un 25 de noviembre de 2020, falleció a poco de haber cumplido 60 años. Diego Armando Maradona, el considerado por todo el mundo, como EL MEJOR FUTBOLISTA DE TODOS LOS TIEMPOS…
Es la 1:05 y el cuerpo de Diego, llega a la Casa Rosada, la misma que en su balcón en 1986, lo encontró lleno de júbilo y alegría. La misma que hoy se viste de luto, para despedirlo de este mundo. Este mundo, donde el clamor popular, lo consideraba Dios.
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