ANTE UNA MULTITUD EN CANCHA DE MITRE…
Pilar gritó campeón en la agonía
El conjunto aurinegro se consagró al vencer 2 a 1 a San Martín de Progreso, en el tercer partido de las finales en la Liga Esperancina. El festejo comenzó en Esperanza y se trasladó en caravana hasta Pilar.
Julián Andrés Monzón
deportes@ellitoral.com
Una verdadera fiesta se vivió en cancha de Mitre de Esperanza, donde cerca de 2.000 personas de unos, de otros y neutrales dijeron presente en la cálida tarde del domingo. El partido se retrasó cerca de 35 minutos, tras incendiarse, con una bengala de humo, la gran cantidad de papelitos y serpentinas que había arrojado la hinchada de San Martín.
Una vez que se solucionó el inconveniente -quizás la única falencia que mostró la organización-, el juego comenzó con San Martín yendo con todo a buscar el arco de Vecchi. Maximiliano Franco mostraba que era el jugador más peligroso, con las proyecciones de Fernando Aguirre y el manejo de pelota en mitad de cancha por los laterales.
Sin embargo, tras cumplirse el primer cuarto de hora, el duelo se hizo mucho más parejo, con Pilar que buscaba con el “Pupi” Galeano y Neri Weppler hacer pesar su velocidad; con Manassero como patrón del medio campo; y con Chiaraviglio que permanentemente obligaba a estar atenta a la defensa rojinegra.
Pese al ímpetu que ponían unos y otros, los arqueros no tenían demasiado trabajo, pero a los 26 apareció Manassero quintando una pelota en mitad de campo. El juego asociado que caracterizó a Pilar en estas finales, le hizo circular el balón hasta que apareció nuevamente “Nacho” Manassero que remató, desde casi 25 metros, un potente remate que se esquinó junto al palo izquierdo de Pintos, que pese a estirarse no pudo evitar el tanto. Una verdadera explosión del público pilarense, que precisamente estaba en esa tribuna. El ex Colón, Ateneo y Gimnasia marcó un verdadero golazo, para comenzar a torcer la balanza a favor del aurinegro, que hace una semana atrás había hecho todo para ganar, pero que sin embargo se había quedado con las manos vacías en su propia casa.
San Martín buscó el empate, quizás sin la claridad de juego que había tenido en el primer cuarto de hora. Llegó una infracción sobre Maxi Franco que el propio goleador ejecutó. Un tiro al medio del arco que parecía fácil para Claudio Vecchi, pero que sin embargo se le escapó de las manos al ex Colón y Gimnasia y significó el empate.
Con el envión anímico de haber empatado cuando menos lo esperaba, San Martín fue en busca de más y sobre el final un grosero error del árbitro le impidió tener la gran chance de irse en ganancia a vestuarios. Clarísimo penal de Ferrero sobre Molteni no sancionado, pero que no fue el único fallo controvertido de Steimbach.
Otro partido
En el complemento, el juego nada tuvo que ver con lo visto en el primero. La pelota anduvo a la deriva, se la prestaban mutuamente y los arqueros casi que fueron espectadores. Primero por el miedo a perder y después seguramente se pensó que el negocio era ir a los penales. Lo cierto es que el partido fue muy malo en esta etapa y siguió con groseros fallos arbitrales. El primero de ellos, una clara infracción de Ferrero sobre Maxi Franco, que merecía la roja por último recurso. Sin embargo, Steimbach no lo creyó así.
San Martín lentamente se fue replegando repitiendo lo hecho hace 7 días en Pilar y aquí quizás esté la clave del partido y del campeonato. Pilar, con más empuje que fútbol, siguió buscando y encontró su premio a los 39. Dos cabezazos en el área se convierten en gol, dice un viejo mandamiento del fútbol, y Guarmagna lo hizo cumplir. Pilar, a 5 del final se ponía en ventaja y se comenzaba a sentir campeón.
Sin embargo, el partido tuvo en esos minutos finales todas las emociones que no tuvo en el resto de la etapa. San Martín se fue con todo en búsqueda del empate y se exponía defensivamente. Pese a ello, tuvo una clarísima para forzar los penales: centro al corazón del área, Iribas que quiso despejar y cabeceó en contra de su propia valla, exigiendo una monumental atajada de Vecchi. Si al “1” de Pilar se le pudo atribuir el error en el empate de San Martín, también hay que reconocer que en esta acción, a puro reflejo, sostuvo la victoria.
Pero a la final le quedaban dos groseros errores arbitrales más. El primero no convalidar un golazo desde casi la raya divisoria de mitad de cancha de Luis Vera, que aprovechó que Pintos jugaba adelantado y remató directamente al arco. Ni Gonzalo Barrios, ni Steimbach cayeron en que Vera partió desde su propio campo, con lo que no había ninguna duda sobre su posición lícita. La pelota ingresó y cuando todo Pilar se encontraba festejando fuera del terreno de juego, San Martín quiso sacar provecho de esa situación para intentar empatar y el árbitro impidió que el balón se ponga a rodar, quien sabe bajo qué circunstancias. En definitiva, el árbitro no estuvo a la altura de esta gran final, cometiendo errores y perjudicando a unos y otros.
Más allá de estas circunstancias, en el balance de los tres partidos Pilar fue un justo ganador del torneo. Porque en Progreso aprovechó su chance en un partido muy parejo y se llevó la victoria; jugando como local, pese a sufrir la derrota, había sido superior a su rival, y en esta tercera final supo aprovechar su oportunidad para anotar y pudo sostener el triunfo en los instantes finales.
síntesis
San Martín de Progreso 1
Atlético Pilar 2
San Martín: Darío Pintos; Adriel Carta, Matías Salcedo, Carlos Bangerte, Emiliano Cattaneo, Bautista Gilardi, Mauricio Molteni, Luciano Zenclussen, Maximiliano Franco, Femando Aguirre, y Leandro Leyendeker. DT: Miguel Robledo.
Atlético Pilar: Claudio Vecchi; Federico Ferrero, Fernando Franklin, Ignacio Galeano, Ignacio Manassero, Juan Manuel Baldo, Santiago Chiaraviglio, Neri Weppler, Rolando Domingorena, Hernán Iribas, Nicolás Franco. DT: Daniel Camusso.
Goles: en el primer tiempo, a los 26 min Manassero (AP) y a los 38 min Franco (SM); en el segundo tiempo, a los 42 Guardamagna (AP).
Cambios: Luis Vera por Santiago Chiaraviglio, Emiliano Guardamagna por Rolando Domingorena (AP). Maximiliano Weppler por Bautista Giraldi, Sebastián Ravellino por Federico Zenclussen, Joaquín Carestía por Leandro Leyendeker (SM).
Árbitro: Alexis Steibach.
Cancha: Bartolomé Mitre de Esperanza.
Jugado: domingo 1 de diciembre 2005
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